Tour de France 2023
La salida en Euskadi del Tour de Francia

Haimar Zubeldia: "Espero que la salida del Tour en Euskadi sea una gran fiesta del ciclismo"

Haimar Zubeldia (Usurbil, 1 de abril de 1977) es el corredor vasco que más Tours de Francia ha corrido, nada menos que 16, en su larga carrera profesional, y tiene el honor de estar muy arriba en la tabla internacional con sólo cuatro corredores por delante: el recordman Sylvain Chavanel, con 18, y tres que tienen 17 participaciones (George Hincapié, Jens Voigt y Stuart O’Grady). Con una menos están el de Usurbil y Joop Zoetemelk.

Además, los 16 casi fueron seguidos desde 2001 hasta 2017: “Sólo falté en el de 2010, porque no llegué a tiempo tras caerme en el Dauphiné”, comenta. De todas sus presencias en tan sólo una no terminó la carrera francesa: “Fue en 2004. Arrastraba de antes unos problemas de rodilla y en Pirineos dije basta. Decidimos volver para casa para preparar La Vuelta”.

“Recuerdo que el primer año que acudimos, 2001, fuimos allí sin experiencia. Teníamos a Chaurreau que era el único que sabía lo que era eso. Era el único de los nueve que sabía moverse un poco allí. Me acuerdo de que la primera semana hubo abanicos e íbamos todos atrás. Por la inexperiencia nos pillaban en todas. Tuve casi una caída por semana, pero luego vas aprendiendo poquito a poco y, sobre todo, aquel fue el Tour en el que Laiseka consiguió la victoria y aquello fue para nosotros, imagínate, coincidió todo, todos los aficionados vascos estaban allí, hizo un etapón… todavía se me ponen los pelos de punta. Recuerdo que cuando Roberto ganó nosotros estábamos todavía empezando a subir y la montaña rugió. Nosotros sabíamos como iba la cosa por el pinganillo, pero aquello fue espectacular para nosotros. Nos habían dado por todos los lados, pero el equipo vio que se podían hacer cosas allí”.

Luego llegó el año de la explosión del Euskaltel Euskadi en el Tour de 2003 con victoria de Ibán Mayo en el Alpe d´Huez, la quinta plaza de Zubeldia en la general final y la sexta de Mayo, y el protagonismo diario de los dos vascos en la montaña, principalmente junto a Lance Armstrong y a Jan Ullrich: “Recuerdo todavía en el Tourmalet la gente conocida que vi al pasar por arriba. Íbamos Lance, Ulrrich, Iban y yo. Casi era el final del Tour y estaba todo por decidir porque Lance y Ullrich estaban muy parejos y hubo aquella anécdota en Luz Ardiden cuando Armstrong se enganchó con la bolsa del avituallamiento y se fueron al suelo él e Iban y Ullrich esperó a Lance y se volvió a lanzar la carrera. Se puede decir que el único hueco que se hicieron entre ellos fue allí donde Armstrong logró unos segundos que a la postre le dieron el Tour”.

Días inolvidables, teñidos de naranja: “Cuando estás metido en carrera, estás centrado en la carrera y tampoco te das cuenta de cómo se está viviendo por fuera. De eso nos dimos cuenta cuando volvimos a casa. Recuerdo que la primera semana nos hicieron recibimientos… en la Diputación, fue importante para nosotros y para el equipo. Ahí nos dimos cuenta de que podíamos hacer grandes cosas y el equipo creció”.

El ciclista guipuzcoano dejó el equipo vasco tras la temporada 2008 y al año siguiente, con Bruyneel en el Astana, formó parte del grupo del Tour de Francia, que ganaron con Alberto Contador y en el que lograron también el tercer lugar en el podio final con Lance Armstrong. Un Tour muy extraño a nivel personal: “Decidí cambiar de aires porque veía que mi ciclo en Euskaltel estaba terminando y decidí firmar con Bruyneel; Contador ya estaba allí, pero luego, Lance anunció que volvía a correr, después de un año o dos que estuvo sin correr, y se montó un superequipo. Recuerdo que en la lista de aquel Tour estaban Alberto, Lance, Kloden, Leipheimer, Popovich, Paulinho, Muravyev, Rast y yo. ¡Un equipazo! Había una contrarreloj por equipos que preparamos muy bien acudiendo a Montpellier unos días antes y la ganamos también. Para mí estar en aquel equipo fue un honor. Ganamos muchas cosas, los dos podios, etapas… hubo mucha presión como bien se sabe, pero al final todo se pudo compaginar bien. Se juntaron dos gallos que tenían un gran carácter y chocaban, pero Bruyneel supo gestionarlo bien y se consiguió el objetivo, que era ganar el Tour”, explica el de Usurbil.

La Grande Bouclé es, para muchos, la carrera más importante del año y es aquella en la que todo tiene un carácter diferente: “Desde el primer año que corrí me quedé enganchado con la carrera. Lo ha dicho más de un corredor, cuando corres el Tour te das cuenta de que aquello es otra cosa. Todo lo que pasa te lleva a otra dimensión, todos los corredores ponen un pequeño extra para estar bien allí porque saben que todo lo que se haga tiene otro significado. Es la carrera más importante del año y, sobre todo para mí, por las características que tenía, me iba muy bien porque es una carrera de resistencia y si algo tenía era eso, resistencia”.

Haimar vivió en primera persona la marea naranja, el público vasco animando a unos y a otros al borde de las carreteras, y ahora es uno más de ellos:  “El aficionado vasco, por tradición y por cercanía, en Pirineos, ha solido acercarse a los puertos míticos como Luz Ardiden, el Tourmalet… y después de terminar mi carrera deportiva he seguido yendo, como aficionado, con mis hijas, mi familia y mis amigos, a verlo desde la carretera”, comenta.

Fueron tiempos muy especiales que ahora pueden revivirse: “Con el éxito de Euskaltel se creó una atmósfera en la que la gente se animaba más a ir al Tour. Acudía muchísima gente, era una barbaridad. Para nosotros a veces era complicado bajar de los puertos del final porque tenías que parar unas cuantas veces pero, a la vez, estábamos agradecidos porque a todos nos gusta tener gente animándonos. Eso nunca ha faltado, aunque hubo unos años que fue muchísima gente. Y el Tour creo que supo cuidarlo también porque siempre les gusta tener gente y el que era seguidor del equipo y el que no iban vestidos de naranja y atravesabas el pasillo naranja… era muy bonito”.

Haimar Zubeldia valora el significado de tener el Tour de Francia en tu casa: “Espero que la salida del Tour en Euskadi sea una gran fiesta del ciclismo. Sé que ha habido un gran trabajo para conseguirlo y creo que se organizará una buena porque el Tour ha crecido muchísimo en los últimos años y para Bilbao, San Sebastián y Vitoria, el día que toque, no será muy fácil la situación, sobre todo en Bilbao que serán los días previos. La gente acudirá en masa y los aficionados tenemos que disfrutarlo y saber valorarlo. Tenemos un acontecimiento mundial a la puerta de casa. Ya salió de Donostia hace uso años, pero el Tour ha seguido creciendo y será todavía más complicado, pero espero que disfrutemos de ello y todo salga bien. Además con las etapas que se han diseñado veremos ese ciclismo al que últimamente nos están acostumbrando en el que cada uno intenta enseñar sus fuerzas desde el principio para obtener alguna ventaja. Son etapas durillas y aunque no se va a a ver quién va a ganar el Tour, habrá diferencias y se verá una carrera bonita”.

Zubeldia no ha parado quieto desde que dejó el profesionalismo y está vinculado a una gran marca con la que siempre ha estado muy unido: “Ahora trabajo en Etxeondo y disfruto más de la bici. A mí me gusta andar en bici y sigo andando. Cuando dejé el ciclismo profesional tenía una lista de cosas que quería hacer, deportivamente, con la mentalidad de disfrutar y conocer cosas diferentes. Una de ellas fue la Titan Desert, hice también el Triatlón de Zarautz, he hecho la Cape Epic, con Zubero y, sobre todo, disfruto de la bici, que siempre me ha gustado”, comenta jovial un ciclista que tiene en su palmarés 16 Tours de Francia, donde ha sido 5º en dos ocasiones, 6º en una y 8º en otras dos: 12 Vueltas a España, tres mundiales y dos victorias: la Euskal Bizikleta del 2000 y e Tour de l’Ain de 2010.